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El último fin de semana de enero se cierra la Copa del Mundo de Ciclocross, en uno de los circuitos más emblemáticos y donde más aficionados se reúnen de toda la temporada.
Se trata de la única Copa del Mundo que se celebra en Holanda y se respira ciclocross por todas partes, no solo por la cantidad de fans que se reparten casi a partes iguales entre las cintas, los puestos de patatas y las “carpas de fiesta”, sino también por la calidad y cantidad de corredores.
Foto: Universal Image Estudios
Es una de las carreras en las que se vive el ciclocross en estado puro, donde las carpas de fiesta están a pleno rendimiento desde primera hora de la mañana y los aficionados rondan todos y cada uno de los equipos en busca de postales. Algunos te hacen sentir como una “estrella”, ya que aunque ya había dado todas las postales que llevaba conmigo este fin de semana, un aficionado me entregó un sobre con sello y su dirección para que le hiciera llegar una a su casa, cosas así solo pasan en el ciclocross.
Aunque parecía que tendríamos un fin de semana pasado por frío, el domingo los cielos amanecieron despejados y la temperatura fue subiendo poco a poco. El circuito al igual que el sábado estaba seco y rápido y aunque no lo pareciera a primera vista, varias zonas se hacían bastante duras. El emblemático y largo (muy largo) tramo de escaleras seguido de un talud lateral que enlaza con la subida de asfalto de cara a meta era una de los tramos más asfixiantes.
Con estas condiciones, las predicciones de una carrera muy rápida no fallaron y desde la salida fue una persecución continua. Rodando en grupos bastante grandes e intentando no cometer errores en los puntos más técnicos para evitar perder rueda en una carrera, a seis vueltas, en la que hubo emoción en la batalla por la clasificación general hasta la última curva.
En el último paso por el talud Ceylin Alvarado sufrió una caída que le hizo perder la primera posición y la victoria en la clasificación general de la Copa del Mundo. En ese momento, yo me encontraba aún bastante lejos de ese tramo, pero gracias a que se escuchó la exclamación de todos los aficionados en todo el circuito, todas las corredoras nos dimos cuenta de que algo había pasado. Es uno de los momentos que te pone los pelos de punta, pocas veces la afición vive de esta manera una carrera.
Foto: John de Jong
Aunque para mi las buenas sensaciones brillaron por su ausencia en esta carrera, es difícil no disfrutar de este deporte en días así. Estar en un circuito espectacular, lleno de aficionados y compitiendo contra las mejores especialistas del ciclocross es una realidad que hace un par de temporadas se veía muy lejos. Todavía quedan muchos pasos por dar y margen de mejora para poder estar donde me quiero ver en competiciones de este nivel, pero es una suerte tener la oportunidad de conocer el ciclocross de verdad desde dentro.
Foto: Leon Verbraecken
Con esta carrera, mi temporada de ciclocross va llegando a su fin. La temporada más larga, empezando en septiembre en el Qiansen Trophy de China y tambien la más internacional, corriendo cinco pruebas de la Copa del Mundo. Pondremos fin el próximo sábado, día uno de febrero en el Campeonato del Mundo de Dubendorf, donde por segundo año tendré la oportunidad de defender los colores de la selección española.