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El último dorsal de la temporada nos lo pusimos el 30 de diciembre en la localidad francesa de Les Crouchaux, Burdeos. En un circuito marcado por una larga subida en asfalto y una bajada revirada a través de un bosque.
En el entrenamiento durante el sábado rodamos en un circuito seco y rápido con dos partes muy diferentes: una bajada, importante para mantener las diferencias y una larga subida en asfalto de cara a meta para marcar las diferencias más importantes, sin olvidarnos de varios repechos que nos encontrábamos por la zona central del circuito.
Foto Louis Cadroas
Aunque el sábado el circuito estaba seco, la helada con la que amanecimos el domingo transformo totalmente gran parte del trazado, con un par de secciones embarradas y más de una curva de la bajada en las que había que arriesgar si no querías perder velocidad, el debate entre los corredores volvía a ser el de siempre, tubulares de seco, o tubulares de barro.
Estábamos en una prueba de categoría UCI, la participación era mucho más pequeña que en las Copas del Mundo, incluso menor que en las pruebas UCI de España: 14 corredoras, sumando las categorías élite, sub23 y juvenil formamos la parrilla de salida.
Foto Louis Cadroas
Estaba claro que la salida iba a ser más tranquila de lo que veníamos de ver en Bélgica, aunque era importante conseguir una buena posición desde el principio para no encontrar atascos en la bajada, pero tampoco había que obsesionarse ya que otra baza importante en esta carrera era gestionar bien la fatiga de una semana viajando y compitiendo. Y así fue, una buena arrancada en la subida para girar a la izquierda y entrar en la campa donde empezaba la bajada. No tuve problemas para ganar algunas posiciones, pero para cuando terminamos la primera vuelta, las cuatro primeras corredoras entre las que estaba Lucía González, que al final ganaría, ya habían cogido suficiente distancia como para poder optar a posiciones de pódium.
Foto Louis Cadroas
A partir de la primera vuelta rodé en un grupo con otras cuatro corredoras francesas, y a base de gestionar bien el esfuerzo en los repechos que vuelta a vuelta iban haciendo mella, logre cruzar la meta en quinta posición, siendo la segunda española. Después de todos los percances en las carreras de Bélgica, por fin disfruto de una carrera sin ninguna complicación, ni en forma de caídas ni de averías.
Con esto cerramos la semana de Navidad y ponemos rumbo a casa para comer las uvas en casa.